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2.- El 90% de las decisiones de compra son inconscientes
Según estudios de neurociencia aplicados al marketing, más del 85% de las decisiones que
tomamos al consumir son automáticas, impulsadas por emociones, no por razones.
Los anuncios no te dicen qué hace el producto. Te dicen cómo te vas a sentir con él.
¿Éxito? ¿Seguridad? ¿Libertad? ¿Status? La lógica puede analizar precios, funciones o
características, pero al final… la emoción decide.
¿Ejemplo claro? Un reloj de lujo no da la hora mejor que uno digital de $10. Pero ese reloj te da
algo que no tiene precio: identidad. Tu cerebro compra la historia que hay detrás.
3.- Las marcas que ganan son neuroemocionales
Las empresas que entienden cómo funciona el cerebro no solo crean productos… crean
disparadores de dopamina. Saben que si provocan una emoción auténtica, generan una conexión
real. Y esa conexión, vende.
¿Qué hacen distinto?
Usan storytelling para conectar con tu historia personal.
Apelan a valores como la familia, el éxito, la superación.
Activan tus sentidos con imágenes, sonidos y palabras que despiertan emociones.
¿Quieres que te elijan? No vendas. Conecta. Emociona. Provoca.
Conclusión: No somos compradores racionales. Somos cerebros emocionales con tarjeta de crédito.
El consumo moderno está dirigido por emociones profundas, deseos inconscientes y reacciones
químicas que muchas veces escapan a la lógica.
La dopamina nos guía, nos motiva y nos empuja a comprar… lo que creemos que nos hará sentir
mejor.
Y aquí está la clave para quienes venden, crean o comunican: quien domina la emoción, domina la
decisión.