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El nombre de cada uno de nosotros tiene su significado en cuanto al origen, es
decir además de la procedencia del nombre, cuando se piensa en ponerle de tal
o cual modo a algo o a alguien se guarda una especia de gusto o agrado por
algunos nombres y se escoge para que lo lleve de por vida alguien, y las
motivaciones suelen ser comunes cuando se le pone como se llamó o se llama,
el papá, la mamá o el abuelo, también hay las ocasiones en las que se busca en
los pasajes bíblicos o por el puro significado, cualquiera que sea el caso lo mejor
que nos puede pasar es que sea escrito correctamente en el registro civil.
Hay una cantidad de nombres como de apellidos que son muy comunes, motivo
son cifras en los que destacan por ejemplo un Hernández o un Juan, como los
que más prefieren otorgar los padres a los hijos o los abuelos a los nietos,
incluso elegir el nombre puede tornarse en toda una discusión, para evitar
recordar con el nombre a la ex pareja, a la ex novia o novio o a alguien
indeseable, y aunque cierto es que no se encarnara en una nueva persona lo
que representó alguien más lo altamente rescatable es que se elija la mejor
opción que haga feliz a quien lo lleve.
Las instituciones encargadas desde la Secretaría de Gobernación a nivel federal
como sus semejantes en el ámbito estatal han encaminado políticas que invitan
y hasta prohíben que a los recién nacidos se les pongan nombres que en un
futuro pudiera causar burlas o risas, lo cual es loable pues frente a poca
información o mucha ignorancia, un personaje, una frase, un momento o un
apodo pudieron y puede ser con el que se atrevan a registrar a alguien. Poner
un nombre a alguien debe ser tan serio como la propia vida lo es, como la
identificación, el carnet, la CURP o el pasaporte, por eso es mejor que se debate
que se investigue a que sea cosa de una ocurrencia.