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Protección civil y
sociedad
Hoy en día, somos testigos de eventos naturales cada vez
más extremos alrededor del mundo: huracanes devastadores,
incendios forestales incontrolables, olas de calor sofocantes y lluvias
torrenciales que causan graves inundaciones, estos desastres a
menudo se atribuyen al cambio climático, una problemática de alcance
mundial que resulta fácil señalar como responsable, sin embargo, es
evidente que nuestras propias acciones como sociedad tienen un
papel importante en esta situación, la pregunta fundamental es: ¿Qué
estamos haciendo para mejorar o al menos para no empeorar las
condiciones ambientales? La respuesta, lamentablemente, revela que
aún queda mucho por hacer.
Dra. Roció Reyes Suazo
La cantidad de basura que generamos día a día es un ejemplo claro, en nuestro consumo diario,
usamos innumerables productos que vienen en envases plásticos: botellas de agua, bolsas para el
supermercado, envolturas de comida y un sinfín de artículos que terminan en los ríos y,
eventualmente, en el mar, estos desechos no solo contaminan el agua y afectan la vida marina, sino
que también ingresan en la cadena alimentaria, afectándonos a nosotros mismos, así mismo el uso
excesivo de plaguicidas e insecticidas en la agricultura contamina el suelo y el agua, afectando a la
biodiversidad
La deforestación es otra actividad humana con impacto profundo y devastador, la tala completa de
bosques, que cumplen la función vital de regular el clima, absorber el dióxido de carbono y albergar
innumerables especies, esta pérdida de vegetación no solo contribuye al aumento de las
temperaturas y a la disminución de las lluvias en ciertas regiones, sino que también causa
deslizamientos de tierra y sequías que afectan tanto a las comunidades locales como al ecosistema
global.
Además, nuestras prácticas de desecho de residuos líquidos, como el aceite usado que se vierte en
los desagües, afectan gravemente el agua que consumimos y los ecosistemas acuáticos,
todo esto se suma a una cadena de destrucción que contribuye al cambio climático y
a la aparición de desastres que, irónicamente, llamamos "naturales", cuando en
realidad son en gran medida consecuencia de nuestras propias acciones.