Page 21 - FGDP revista GoEL
P. 21
Ignacio Chávez Melgoza
Desde mi espacio, me he dado
cuenta de que hay una clase de
valentía que no recibe aplausos ni
se refleja en medallas: la de actuar
correctamente incluso cuando no
hay testigos. Esta forma de
integridad, muchas veces silenciosa
y solitaria, es una de las expresiones
más puras del respeto por uno
mismo y por los demás.
Durante un Diplomado en Ética que tuve la oportunidad de tomar, facilitado
por Xabier Etxeberria, su colega Javier Fuertes nos compartió, en tono de
broma pero con una gran carga de verdad: “Si eso que vas a hacer no se lo
podrías platicar a tu mamá, quizá entonces no es ético.” Esa frase, tan
simple y tan contundente, resume una verdad incómoda: muchas veces
sabemos cuándo estamos obrando mal, pero preferimos justificarlo en lugar
de regularnos. Nos escondemos detrás del anonimato, de la falta de
consecuencias inmediatas o de la famosa excusa de que “todos lo hacen”.