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párrafo, nosotros también podemos reescribir la forma en que

enfrentamos los desafíos de la vida.

La magia de retomar el running radica en la paciencia y la

comprensión. Así como no escribirías una novela de un día para otro,

tu cuerpo necesita tiempo para readaptarse. Inicia poco a poco, con

pasos firmes pero suaves. Escucha a tu cuerpo. Acepta el cansancio
inicial, la falta de resistencia que antes tenías. Ese mismo cansancio es

señal de que estás en movimiento nuevamente, y en poco tiempo,

sentirás cómo las piernas comienzan a recordar su historia, cómo el

corazón se fortalece y la mente encuentra su lugar en el ritmo de cada
paso.

Aquí te comparto algunos consejos prácticos para hacer de este nuevo
comienzo algo fluido y positivo:

1. Empieza suave, pero empieza
Así como no comenzarías a escribir una novela de golpe, retomar el

running requiere un enfoque pausado. Elige distancias cortas y alterna

caminatas con trote suave. En tus primeras semanas, es crucial que

respetes los límites de tu cuerpo. Aumenta gradualmente el tiempo y la
intensidad de tus entrenamientos. Un buen método es el de la regla del

10%, que sugiere no incrementar más del 10% de tu kilometraje

semanal para evitar lesiones.

2. Abraza la paciencia

Recuerda que no importa cuánto tiempo hayas corrido antes, cada

nueva etapa es un proceso. La frustración por no correr a la misma
velocidad o distancia que antes puede ser real, pero es importante no

caer en la trampa de la comparación. Cada corredor tiene su propio

ritmo de evolución. En lugar de enfocarte en el resultado inmediato,

aprende a disfrutar el proceso, valorando cada paso hacia adelante.
Es importante también que consideres el descanso como parte integral