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de tu regreso. El descanso es donde tu cuerpo reconstruye lo que se ha

roto durante el entrenamiento, fortaleciendo los músculos y

mejorando la resistencia. Los días de descanso son fundamentales. En
ellos no solo te recuperas físicamente, sino también mentalmente. Al

igual que en la escritura, las pausas estratégicas permiten que las ideas

fluyan con mayor claridad y que el cuerpo se renueve.

3. Reescribe tu narrativa interna

Lo que piensas durante tus entrenamientos tiene un impacto profundo

en tu rendimiento. Si cada zancada viene acompañada de

pensamientos negativos —“Ya no soy tan rápido”, “Nunca recuperaré
mi forma”—, tu mente empezará a sabotear tu progreso. En lugar de

ello, trata de reescribir la narrativa interna. Cambia el “ya no puedo”

por “estoy en camino”. Visualiza cómo cada entrenamiento te está
acercando a tu meta, aunque el progreso sea lento.

Este cambio de mentalidad no solo te ayudará a correr mejor, sino que

también se trasladará a otros aspectos de tu vida. El running tiene la
capacidad de enseñarnos lecciones profundas sobre la perseverancia,

la autoaceptación y el valor de los pequeños logros. Cada paso hacia

adelante, por más pequeño que sea, es un acto de amor propio y de

confianza en el proceso.

4. Conéctate con la comunidad

Correr puede ser un acto solitario, pero también puede ser una

oportunidad para conectarte con otros. Busca grupos de running
locales o comunidades en línea que compartan tus mismas metas. La

motivación compartida puede ser un motor poderoso. Escuchar las

historias de otros corredores que también han tenido que parar y
volver a empezar puede ofrecerte el ánimo que necesitas para seguir

adelante.

Celebra cada pequeño avance
Así como en la escritura, donde cada página terminada es una pequeña

victoria, en el running es esencial celebrar los avances, por más