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© FEGLININ ISSN 2594-2298
| Año 8, No 32, enero - marzo 2025 |
INTRODUCCIÓN
En el dinámico y competitivo sector textil, las pequeñas y medianas empresas (PYMES)
enfrentan retos significativos en la gestión de su cadena de suministro. Entre los principales
desafíos se encuentran garantizar un suministro confiable, una distribución eficiente y una
transformación adecuada. Sin embargo, una parte crucial del éxito radica en los actores que
conforman esta cadena, en particular los proveedores. Los retos incluyen asegurar que los
proveedores seleccionados sean los indicados, cumplan con estándares de calidad, ofrezcan
costos competitivos y entreguen puntualmente, contribuyendo así a la satisfacción del cliente
y la sostenibilidad del negocio. Frente a estas dificultades, es fundamental implementar
herramientas y metodologías que permitan evaluar, seleccionar y gestionar proveedores de
manera estratégica.
En este artículo, se presenta un enfoque que combina las metodologías de QFD y AHP para
abordar de manera estratégica la selección y evaluación de proveedores. QFD permitió
identificar y priorizar las necesidades estratégicas de la empresa, traduciéndolas en
especificaciones técnicas que los proveedores deben cumplir. Por su parte, el Proceso de
Jerarquía Analítica (AHP) permitió jerarquizar criterios clave como calidad, costo, tiempos
de entrega y servicio, calcular pesos relativos y evaluar el desempeño de los proveedores,
determinando cuál era el más adecuado para cada uno de los siete procesos clave en la
empresa textil. Finalmente, la administración de las operaciones en la empresa textil
desempeña un papel crucial en la implementación de estas metodologías, ya que integra los
procesos internos con las capacidades de los proveedores, asegurando una gestión eficiente
de los recursos y una respuesta ágil a las demandas del mercado. Este enfoque no solo mejora los
resultados operativos, sino que también contribuye al fortalecimiento de la cadena de suministro en
su totalidad.
El Proceso de Jerarquía Analítica (AHP) y el Despliegue de la Función de Calidad (QFD) han sido
ampliamente utilizados como herramientas clave en la toma de decisiones estratégicas en diversos
sectores. Gómez Montoya et a., (2008) destacaron la utilidad del AHP para seleccionar cadenas
productivas con potencial de automatización, permitiendo priorizar criterios complejos de manera
efectiva. De forma similar, Osorio Gómez y Orejuela Cabrera (2008) enfatizaron la flexibilidad del
AHP para integrar criterios cualitativos y cuantitativos, demostrando su eficacia en la evaluación
multicriterio. Asimismo, Fernández Henao (2011) aplicó esta metodología en sistemas de
combustión, resaltando su capacidad para combinar elementos subjetivos y objetivos en entornos
dinámicos. En este contexto, Herrera Enríquez et al., (2016) introdujeron el AHP difuso para manejar
la incertidumbre en escenarios críticos, mientras que Becerra Fernández y Rodriguez Yee (2017) lo
utilizaron para priorizar alternativas de suministro energético, reforzando la aplicabilidad del AHP en
decisiones estratégicas complejas. Estas aplicaciones resultan directamente con mi investigación,
donde el AHP permitió evaluar y jerarquizar proveedores en la industria textil, optimizando
decisiones estratégicas bajo criterios clave como calidad, costo y tiempos de entrega.
Por otro lado, el QFD ha sido reconocido como una herramienta esencial para traducir las necesidades
del cliente en especificaciones técnicas claras. Núñez Sarmiento et al., (2004) implementaron esta
metodología en una empresa de confecciones, mostrando cómo puede alinearse con estrategias de
mejora continua. De manera similar, Jiménez Rodríguez et al., (2015) aplicaron el QFD para el diseño
de sistemas CAD en redes de riego, subrayando su capacidad para priorizar requerimientos
específicos. Asimismo, Osorio Gómez (2011) destacó la integración del QFD con lógica difusa, lo
que permite abordar la subjetividad en entornos complejos. En otro enfoque, Garza Ríos et al., (2007)
exploran la combinación del QFD con herramientas multicriterio, enfatizando su papel en la mejora
de la calidad y la eficiencia. Finalmente, Gutiérrez Pulido et al., (2014) integraron el QFD con análisis
Prefijo DOI: 10.70417
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