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para mostrar su hombría, antes de que aparezcan síntomas
o se complete su desarrollo morfológico y pueda dominar en
edades mayores.
Nosotras las maestras, desde adentro, en aulas, en los
patios, en tiempos de estudio o tiempos libres, ante nuestros
alumnos somos un desafío, tenemos el control, somos la
autoridad incluso pueden llegar a vernos como sus rivales es
por ello que dependiendo de las edades buscarán hacer uso
de sus habilidades natas de hombres para hacerse sentir
superiores, y si la edad no se los permite gestará ahí en esa
personita un embrión de macho que saldrá el mundo en
cuanto su cuerpo físico se los permita, entonces tendremos
en las aulas de bachilleratos y universidades o por el mundo
machos queriendo dominar el mundo que cuando eran
pequeños una mujer maestra les impidió, solo por ser más
alta que ellos.
Desde adentro evitemos que surja por nosotras el
sometimiento, la impotencia, la contención, el doblegarse, el
dominio, el rendirse ante otros, la frustración, el sentirse
expuestos o débiles ante los demás.
